No fue en Wimbledon, tampoco en Toronto. El título número 80 tenía que ser en Cincinnati. Un torneo que ha ganado 6 veces. Las tres primeras en años impares (2005, 2007 y 2009), las otras tres en años pares (2010, 2012, 2014). Se impuso al español David Ferrer en la final, aunque para ello tuvo que ir a un tercer set definitivo.
¡Qué fácil resulta escribirlo! Solo alguien que practique este deporte a un alto nivel puede decir con propiedad lo difícil que es llegar a ese número. Cuando posiblemente pocos apostaban por otro Masters 1000 para el campeón suizo (no ganaba uno desde el año 2012), vino un repotenciado Roger en el 2014, quien se asoció con su ídolo de la infancia Stefan Edberg como coach y ahora muestra indicios de la magia que siempre ha acompañado a su prodigioso juego. Perdió temporalmente su título de nro. 1 de Suiza a principios de año con su amigo Stan Wawrinka, recuperándolo posteriormente, como queriendo implicar que fue un parpadeo.
Administrando mejor sus recursos, sabiendo que después de los 30 los puntos hay que definirlos rápido para aumentar la probabilidad de ganarlos. Ese es el nuevo Roger, con nueva raqueta, nuevo entrenador y otros mellizos a nivel familiar (él y Mirka su esposa vieron nacer a sus hijos Leo y Lenny en este 2014).
A sus 33 años, se niega a apagar su luz dentro de la cancha. Al contrario, se afianza como número 3 del mundo y con ganas de desafiar el número 2 que ostenta su némesis en la cancha, el español Rafael Nadal, quien no puede defender puntos por una lesión de muñeca.
Hoy, cumpleaños número 62 de otro grande del Tenis, Guillermo Vilas, a quien desplazó del tercer lugar en la lista de juegos ganados en el ATP tour este año, la leyenda de Roger Federer se extiende, sumando el trofeo de campeón número 80 a su colección, disipando cualquier rumor de retiro, y ampliando sus récords cada vez que pisa la cancha.
